Comienza el día.
Un cura comunista, alguno de "los otros", dos novios fiesteros, muy fiesteros, unos invitados que no se quedan cortos y un alquimista de los fogones.
Horas antes ya estaban celebrándolo, supongo que por eso de estirar los músculos y calentar, vital para evitar lesiones. No es plan fastidiar el día de la boda por una tontería.
A mi me toca hacer fotos, voy a ver a los novios.
Santi me recibe en casa un poco descolocado, sabe que hoy será el Señor de los Anillos.
La novia es un torbellino, está de aquí para allá, no hay forma de pararla. Realmente en esa casa todo se mueve muy rápido, casi seguro que lo llevan en la sangre.
Tras la ceremonia Bobes toma notas en el cóctel. En la fiesta Tania no quiere coger el ramo que cae en sus manos: ¿Quien dijo miedo?
Adelante Herminio no es tan difícil, pronto tienes un nuevo ensayo.
Poco importa que se rompa el móvil cuando uno lo está pasando tan bien.
La fiesta continua sin descanso, hasta que el sol asoma por segunda vez, por que ellos son unos grandes fiesteros, genuinos, auténticos.
Santi, ya solo te queda decir eso de "Yo soy tu padre".
Aún están de fiesta, seguro que siguen celebrando su gran noche.
© marcos vega / 2014